Uno de los recuerdos más lindos del 2017 que pasó, fue en Fátima, el pueblo donde vivo. Allí se celebró la fiesta de la frutilla. Fue una jornada de sol radiante que hizo que el rojo vivo tan particular de las frutas se viera aún mas brillante.
Salimos con las chicas a chusmear de qué se trataba y a buscar, por supuesto, una buena canasta de frutillas. En el camino de vuelta, aprovechamos para recolectar algunas moras. Es que aquí, en primavera, vayas por donde vayas, las moreras estallan de color. Las hay de frutos blancos, dulcísimos; y las hay de frutas moradas y de sabor más silvestre.
Antes de que se las coman todas crudas, decido separar una buena cantidad de cada fruta.
Por un lado, para preparar mermelada de moras y frutillas. Me imagino ese manjar correando sobre una buena rodaja de brioche casero. La receta es muy sencilla y además nos llena de esperanza: saber que, una vez lista, habremos capturado lo mejor de estas exuberantes frutas para disfrutar todo el año.
Comenzamos por lavar, sacar los cabitos de las moras (yo los corto con tijera), sacar las hojas de las frutillas y cortarlas al medio si son muy grandes. Luego, pasamos a colocar una capa de frutas en la olla y las cubrimos con azúcar. Agregamos una nueva capa de frutas y más azúcar, hasta completar la cantidad. Si lo deseamos, podemos perfumar la mermelada con vainilla o especias. Llevamos al fuego. Revolvemos de cuando en cuando hasta que hierva. Bajamos el fuego y revolvemos constantemente por un largo rato. Una vez que toma consistencia, ya podemos apagar el fuego y enfrascar. La prueba del platito es muy útil para saber si la mermelada está lista: retiramos una cucharada de mermelada de la olla y la ponemos a enfriar en un platito. Una vez fría, pasamos el dedo por el medio de la mermelada. Si queda un surco, ya está lista. Si la mermelada se vuelve a juntar, le falta.
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¡Miren qué color y qué delicia! |
Por otro lado, utilizo la fruta para preparar un crumble, pero esta vez con frutillas, peras, chips de chocolate y la infaltable canela.
Mmm... no puedo evitar recordar el aroma a fruta caliente, biscocho y especias que invadió toda mi casa...
Les presento el paso a paso:
Colocamos la fruta trozada, tamaño bocado, y chips de chocolate en una pyrex. Se les puede espolvorear un poco de azúcar.
En un bowl, preparo el crumble:
Para una preparación tamaño budinera, usar la mitad de los ingredientes.
Colocar 2 tazas de azúcar.
2 tazas de harina.
2 huevos.
Espolvorear canela a gusto. Unir a tenedor o con la mano hasta formar una pasta seca y arenosa.
Cubrir las frutas con la pasta.
Agregar trocitos de manteca antes de llevar al horno, a temperatura moderada.
Al retirar del horno, queda doradito...
Y la fruta, jugosa y tierna.
¡Ya podemos servir!
Con este exquisito recuerdo del año que partió, le doy la bienvenida a 2018. Me zambullo en esta nueva aventura con la ilusión de saborear muchas comidas ricas y de irradiar todo el amor del que sea capaz.
¡Feliz año Nuevo!