Desde que amanecimos, nos instalamos frente a la chimenea con la idea de enaltecer el tan preciado y merecido ocio, tras una semana que , si bien fue más corta de lo habitual, se vivió sin menos esfuerzo que de costumbre.
Cada cual atendió a su juego: lectura, dibujo, juego, siesta, una peli... para todos los gustos.
Al caer la noche, nos dispusimos a preparar lo que cocinaríamos y comeríamos allí mismo: junto al calor del hogar, para no despreciarlo, para no abandonarlo ni siquiera por un instante. Es que la atracción del fuego es irresistible. Su gama de color, su fulgor, su chisporroteo, su aroma ahumado, su movimiento incesante, hipnótico...
Todo lo necesario emana naturalmente del fuego. Es, tal vez, una pulsión instintiva, casi salvaje, primitiva: estar allí, permanecer, sentir su calor, adormecernos frente a él, experimentar su magia, casi adorarlo... y además, cocinar y comer...
El menú: Pollo al Disco.
Sencillo. Sustancioso. Deleitoso.
Y sin movernos del corazón de la casa.
Sin movernos de donde elegimos comenzar y culminar un frío, lacónico, ocioso día hibernal.
🌚🌠
Los ingredientes y su preparación:
Aceite. Cerveza negra. Abundante cebolla, morrón, ajo, zanahoria, papa. Pata-muslo de pollo. Sal pimienta negra.
Dorar el pollo en el disco y retirar. Dorar los vegetales. Agregar el pollo, las papas y la cerveza. Tapar y cocinar 45 minutos a fuego fuerte.
El disco en su cama de brasas |
Servir y disfrutar. No es necesario usar cuchillo, sale tiernito, tiernito... Acompañamos con cerveza negra también.
Enjoy Winter!