La sencillez de "cocinar" mientras se come, la ceremonia de armar, sumergir y fundir cada pieza a gusto y piaccere en una misma olla, me resulta encantador.
La Fondue, ya sea Bourguignon o de Quesos, constituye una de nuestras preparaciones preferidas en época invernal. Como este fin de otoño se presenta frío, frío, ya largamos la temporada de este cálido manjar que se saborea en conjunto y armonía; entre silencios laboriosos y placeres compartidos; entre armado, fundición y deleite de cada bocado.
Hoy, y como más nos gusta, la Fondue de Quesos se celebra en el living de casa, junto a la chimenea. Calidez y paz en una noche helada, sosegada y azul. Al amanecer, la vista del jardín será de blanca y crujiente escarcha. Mientras lo pienso, me abrazan el abrigo del hogar refulgente y el calorcito de nuestra olla común...
Y de postre, el contraste: helado de crema con las castañas en almíbar que recolecté y preparé el día anterior...
La receta de Fondue de Quesos con la cual nos deleitamos cada invierno, una y otra vez, es la de la talentosísima Blanca Cotta (con algún que otro toque personal) y dice así...
Frotar un diente de ajo de buen tamaño por todo el interior del caquelón. Agregar unos 300 cc de vino blanco seco y una cdita de jugo de limón y llevar al calor de la hornalla. Cuando esté caliente, pero sin hervir, incorporar de a puñados 200 gramos de queso emmenthal y 400 gramos de queso tipo gruyer rallados (a nosotros nos gusta agregar también queso parmesano). Revolver y fundir con cuchara de madera y en forma de 8. Disolver 2 cditas de fécula de maíz en 30cc (o una medida) de kirsch y agregar mientras se sigue revolviendo. Condimentar con pimienta negra y nuez moscada.
Con la salsa ya lista, llevar al calentador en la mesa. Nosotros disfrutamos sumergir bocados de salchicha alemana, lomito especiado, tostaditas de pan frotado con ajo y oliva (y porqué no, un toque de pimentón ahumado), champignons, tomates cherry, nachos... las opciones son válidas mientras sean del gusto de los comensales.
Solemos acompañar esta Fondue con un Torrontés Salteño, pero en esta oportunidad, elegimos una buena Cerveza Negra: dulzona, espesa y cremosa.
Con variedad de sabores y texturas para despertar los sentidos, la noche de Fondue, siempre resulta reconfortante y encantadora.
Lectura recomendada para desplomarse en el sillón |
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