Si bien Leonardo fue el más extraordinario y excéntrico personaje, único y creativo por demás, nunca logró darle a la polenta el sabor que agradara a su paladar. Nunca le gustó. Sin embargo, lo que sí logró hacer con ella, es llevarla a su máxima expresión, cosa que nadie pudo ni podrá jamás: creó originales obras de arte. Sí, literalmente. Magníficas esculturas de polenta, servidas en la corte de los Sforza, cuyos comensales medievales no llegarían a apreciar ni comprender de manera alguna.
Pero volviendo a nuestro tiempo y lugar, hoy, mediodía de frío de Julio, hicimos polenta con un salteadito invernal. Una de las tantísimas versiones que circulan por esta casa. Y salió... absolutamente deliciosa.
🍷🍴
Por otro lado, saltear panceta ahumada, cebolla, ajo y morrón. Condimentar con una pizca de sal, pimienta y orégano. Por último, agregar aceitunas negras adobadas (en este caso, las que preparamos en casa), y un poco de su aceite para perfumar.
Cortar unos dados de mozzarella para mezclar con la polenta y agregar unos trocitos de roquefort por encima para realzar el sabor.
Una vez emplatado, agregar un chorrito de aceite de oliva para humectar y dar brillo al plato.
Mmmm... panza llena, corazón contento...
¡Hasta la próxima!
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