Me encanta esta preparación que nos endulza durante largos meses. Si bien es un proceso que lleva varios pasos, es muy gratificante ponerse en contacto con el árbol y sus frutos, y luego, poder sentir ese penetrante y fresco aroma que envuelve la cocina por los tres días que dura esta preparación. Además, saber que después de una jornada de intensa actividad tengo una cita obligada en el calorcito de la cocina, la olla, la preparación de los frascos, unos mates, la radio que acompaña... me gusta generar esos momentos, esos pequeños paréntesis en la vida diaria en donde hay una tarea que despeja la mente, que recrea los sentidos con sus olores, colores, sabores, texturas y suaves efectos sonoros, y que crea, a la vez, un tiempo, un ambiente pausado y feliz.
Hay innumerables maneras de aprovechar este precioso cítrico. A nosotros nos encanta comerlos solos, con su almíbar; en tostadas para el desayuno; con exquisito helado de crema americana; en tortas (como la que publiqué en 'Torta de Chinotto and Afternoon Tea'); al whisky para los más grandes; o saborear su almíbar transformado en fragante licor. Son absolutamente vistosos en los frascos que adornan nuestra cocina con su dorada e intensa transparencia.
Pero además de ricos, estos quinotos son especiales. La planta que nos brinda, incansable, sus preciosos frutos, fue un regalo de cumpleaños de mis queridos amigos Paul y Fabi. Bellísimo regalo que se renueva cada año, con cada cosecha.
Aquí, unas fotitos del proceso de esta temporada y, por supuesto, las recetas.
¡A cosechar! |
Todas participan del proceso |
¡2 y 1/2 kg de quinotos! |
Primer hervor |
En plena preparación |
Desayuno de domingo |
Quinotos en Almíbar:
Lavar los quinotos y pincharlos varias veces en un costado. Yo uso un pinche de picada.
Hervir abundante agua y agregar los quinotos limpios. Esperar a que vuelva a romper el hervor y dejarlos por 5 minutos más, a fuego moderado.
Escurrir los quinotos con mucho cuidado y pesarlos. La preparación llevará el mismo peso tanto de agua como de azúcar. Esto nos dará una buena cantidad de almíbar que puede ser usado para postres o tortas, o bien para hacer licor.
Preparar el almíbar con el azúcar y el agua. Luego, agregar los quinotos, muy cuidadosamente.
Una vez que rompe el hervor nuevamente, bajar un poco el fuego y cocinarlos por media hora.
IMPORTANTE: no revolver para que no se golpeen entre sí, y así evitar que queden achicharrados.
Dejar descansar hasta el día siguiente y repetir el proceso de hervido y cocción.
Volver a realizar este paso al día siguiente también, mientras lavamos y esterilizamos los frascos.
Cuando están listos, enfrascar y tapar, así, quedarán al vacío.
Licor al uso nostro:
Mezclar el almíbar de los quinotos (con algún que otro quinotito) con vodka y listo. La cantidad de almíbar y vodka son a gusto. También se puede usar vodka saborizado. Yo lo preparé con sabor a vainilla y quedó muy rico.
Quinotos al whisky al uso nostro:
Separar la cantidad deseada de quinotos de la preparación en almíbar, escurrirlos y sumergirlos en whisky. Al cabo de unas semanas se van emborrachando y quedan fantásticos, especialmente con helado.
¡Buena semana y a disfrutar del sol!
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