En casa consumimos este bello y versátil vegetal de maneras muy diversas que, de solo pensarlas, se me hace agua la boca... entre las preparaciones que realizamos con berenjenas puedo destacar los Spaghetti alla Norma y la Lasagna de berenjena. Podemos prepararlas en chutney, en milanesas, grilladas y ahumadas a la parrilla, o un clásico de clásicos: las berenjenas en escabeche que estoy preparando hoy.
¡Me encanta llegar a casa con hambre y saber que tengo un frasco entero de berenjenas en escabeche! Lucky me!
En una rodaja de pan tierno y crocante coloco una "feta" de carne que sobró del asado y las berenjenas "on top": una delicia... peeeero, voy a tener que esperar unos 15 días para darme este gustito ya que, como todo lo bueno, necesariamente lleva su tiempo de maceración y fusión de los sabores propuestos en el frasco. Lo lindo es hacerlas en cantidad porque salen tan ricas que, en un santiamén, ya nos quedamos sin nuestro preciado "boccato di cardenale".
Recuerdo que, de chica, mi papá preparaba grandes frascos herméticos de berenjenas y ajíes en vinagre para consumir durante todo el año. La cocina se llenaba de tablas, condimentos y frascos por doquier que, luego de una ardua tarde de labor, quedaban orgullosamente exhibidos en las repisas del comedor diario. La inevitable espera de la apertura del primer frasco contaba, al menos, con la posibilidad de posar la mirada contemplativa sobre esos bonitos y potencialmente exquisitos ornamentos comestibles...
Ahora, aquí estoy. En mi cocina. Con mi puñado de tablas, condimentos y frascos. Primero herví las berenjenas en agua y vinagre blanco en partes iguales, con una cucharadita de sal gruesa y, cuando las sentí tiernas (pero firmes, sin que se deshagan), las coloqué en un colador a escurrir con un peso encima.
Ojalá las prueben y les gusten tanto como a mi.
¡Que disfruten de una bella semana!