domingo, 28 de agosto de 2016

Noche de Soufflé

Los platos elaborados se distinguen por su sabor o aroma particular, pero muchas veces se destacan por su textura.

De eso se trata el soufflé: ¡pura textura espumosa! (lo cual no significa que sea pura espuma).

Tanto el soufflé como el mousse son delicadezas que ofrecen una sensación etérea en la boca... Son, sin duda alguna, bocados de suavecísimo placer.

Es noche de lunes y, sin embargo, pensamos deleitarnos con sabores y sensaciones sublimes. ¿Por qué no? El lunes puede incluir una cena especial y brindarle al comienzo de semana un poco de sal y pimienta extra y, así, extender la dicha del fin de semana que nos dejó.

It's settled: Norma Gioconda, quien hoy nos acompaña, presenta su soufflé de espinacas y yo un pudding de queso irlandés cuya textura es absolutamente reminiscente a la del soufflé. Todo suena complejo, pero la verdad es que no lo es. De hecho, es un excelente menú de lunes.

Comienza la danza de la cocina. Nos paseamos con ingredientes y utensilios, y en cuestión de minutos ya está cada una en su mundo, elaborando tranquilas y felices los platos que ofreceremos, orgullosas, a nuestra familia. Como siempre, suena una radio y de fondo se cuelan las voces y el tenue bullicio del resto de la casa.

Les cuento cómo cada una preparó su plato.

                                                                         🍯

Soufflé de Espinaca:

Rehogar una cebolla y dos dientes de ajo. Picar la espinaca (dos atados) previamente blanqueada y agregar a la sartén. Condimentar con sal, nuez moscada y azúcar. Agregar un poquito de harina y leche para una textura más cremosa.  Retirar del fuego y adicionar 4 yemas y queso rallado a gusto. Batir 4 claras a nieve y agregar a la preparación cuando esté ya a temperatura ambiente. Realizar este paso de manera envolvente para que las claras no pierdan su efecto. Llevar a horno alto por media hora.

Así queda la mezcla antes de agregar las claras

Esponjoso...

Pudding de queso irlandés:

Retirar los bordes de 8 rebanadas de pan lactal y cortarlos en trángulos. Untar 8 de los triángulos con manteca, adicionar 130gs  queso cheddar y cerrar con los triángulos restantes formando así 8 sandwiches. Colocar los sandwiches semi superpuestos en una fuente para horno enmantecada. Batir 4 huevos con una taza de caldo de verduras y 1/2 taza de crema.  Verter sobre los sandwiches, asegurándonos de empapar bien el pan. Adicionar 20 gs de queso cheddar por encima. A mi me gusta también espolvorearle queso parmesano rallado y pimienta negra. Dejar reposar por media hora y luego llevar a horno suave por 30 minutos. Esta receta riquísima la saqué de un libro de cocina irlandesa de Anne Wilson, muy recomendable.

Recién salido del horno


A piece of heaven... ¡Qué ricos y qué bien que nos sientan estos bocados de cielo un lunes a la noche!

¡Buena semana🌟!

viernes, 19 de agosto de 2016

La Olla y el Hogar

Hoy ofrezco la receta de una comida que grita "¡HOGAR!" por donde se la mire (o se la pruebe). Es un alimento que ni bien se degusta, nos transporta de inmediato a la niñez. En mi caso, no lo comía en mi casa, pero sí en lo de mi amiga del alma. Recuerdos inolvidables de una gran mesa italiana y familiar en la cocina (el corazón de esa casa). Mmmm... ese olorcito a guiso calentito y sanador... Esa comida que se cuece en grandes ollas para la gran "famiglia unita" se llama MONDONGO. Sí, mondongo. Y el mondongo muy bien hecho es digno de un buen apetito invernal.

Este es un alimento que suele tener mala fama, muchas veces por no estar bien cocido, o por estar cortado en trozos de tamaño brusco. Pero en realidad, es un plato sano y muy, pero muy rico, siempre y cuando sea preparado con tiempo, dedicación y cariño.

En casa, la encargada de este plato es la abuela Norma Gioconda, quien nos deleita una o dos veces por año con este guisito con sabor a hogar.

Les cuento la receta:

Poner el mondongo en remojo durante la noche. Al día siguiente, cortar en trocitos pequeños y hervir un buen rato con unas hojitas de laurel y un poco de sal. Escurrir en colador hasta la hora de preparar el guiso.



El guisito:

Rehogar cebolla, ajo, morrón y panceta ahumada. Agregar puré de tomates, Sazonar con sal, pimienta, azúcar y orégano. Agregar un buen chorro de vino tinto. Luego agregar zanahorias en rodajas y chorizos (previamente desgrasados) cortados en mitades. Adicionar después el mondongo y chorizo colorado cortado en rodajitas. Finalmente, agregar papas y batatas trozadas. Agregar caldo de verduras para que haya suficiente líquido en la cocción. Una vez que reduce el líquido y todo está tierno, agregar garbanzos cocidos. Dejar reposar para que todos los ingredientes se fundan y compartan su sabor.

A la hora de comer, preparar una linda mesa en la cocina y sentarse todos juntos a compartir este guiso especial, que no deja de gritar "¡HOGAR!".

En olla de hierro, ideal para hacer una buena cantidad
¡A apurarse antes de que el invierno se vaya!

Buen guiso y buen fin de semana.

domingo, 14 de agosto de 2016

Pata de Cordero al Disco

Los últimos fríos traen consigo muchas posibilidades que estamos dispuestos a disfrutar. Ya nos quedan escasas reuniones al calor del hogar, y la chimenea humeante descansará hasta el otoño que vendrá. Agosto ya nos revela atisbos de soles cálidos y vida al aire libre, pero mientras dure el invierno, hay que aprovecharlo.

Esta es una receta para noches frías, frías. Noches que invitan a apostarse frente a la chimenea y gozar de una cena sustanciosa... completa: Pata de cordero al disco. Una delicia invernal digna de ser celebrada.

Para esta preparación necesitamos:
Hogar de generosas dimensiones, con muy buen tiraje y gran fuego.

Para el disco:
Una pata de cordero, un poquito de aceite, zanahoria, cebolla, ajo, caldo de carne, brandy, sal, pimienta y tomillo. 

La guarnición:
Papas, film de aluminio, aceite de oliva, sal, pimienta y cebolla de verdeo picadita (solo el verde).

Sellar la pata de cordero con un chorrito de aceite en el disco con un fuego importante. Sazonar.




 Incorporar las verduras sazonadas, los líquidos y tapar.


Colocar papas envueltas en film en las brasas.

Dejar cocinar hasta que la carne se desprenda con tenedor. Hay que controlar que siempre haya líquido en el disco para evitar que se seque o se queme.


 Cuando esté listo, se puede hacer gravy con un poco de fécula de maíz en el líquido de la preparación. Un manjar...

Mientras esperamos que el disco haga su magia y nos devuelva un exquisito plato terminado, nos apoltronamos  frente al fuego, con buena música, compartimos un buen vino tinto y dejamos que la conversación amable fluya y nos transporte suavemente a lugares insospechados.

Finalmente, la cena está lista y este es el resultado:

 



Imposible no tentarse... 

¡A seguir disfrutando del fin de semana!

martes, 9 de agosto de 2016

Quinotos en Almíbar y Algo Más

¡Ya esta lista la producción de quinotos en almíbar de este año!

Me encanta esta preparación que nos endulza durante largos meses. Si bien es un proceso que lleva varios pasos, es muy gratificante ponerse en contacto con el árbol y sus frutos, y luego, poder sentir ese penetrante y fresco aroma que envuelve la cocina por los tres días que dura esta preparación. Además, saber que después de una jornada de intensa actividad tengo una cita obligada en el calorcito de la cocina, la olla, la preparación de los frascos, unos mates, la radio que acompaña... me gusta generar esos momentos, esos pequeños paréntesis en la vida diaria en donde hay una tarea que despeja la mente, que recrea los sentidos con sus olores, colores, sabores, texturas y suaves efectos sonoros, y que crea, a la vez, un tiempo, un ambiente pausado y feliz.

Hay innumerables maneras de aprovechar este precioso cítrico. A nosotros nos encanta comerlos solos, con su almíbar; en tostadas para el desayuno; con exquisito helado de crema americana; en tortas (como la que publiqué en 'Torta de Chinotto and Afternoon Tea'); al whisky para los más grandes; o saborear su almíbar transformado en fragante licor. Son absolutamente vistosos en los frascos que adornan nuestra cocina con su dorada e intensa transparencia.

Pero además de ricos, estos quinotos son especiales. La planta que nos brinda, incansable, sus preciosos frutos, fue un regalo de cumpleaños de mis queridos amigos Paul y Fabi. Bellísimo regalo que se renueva cada año, con cada cosecha.

Aquí, unas fotitos del proceso de esta temporada y, por supuesto, las recetas.
¡A cosechar!
Todas participan del proceso
¡2 y 1/2 kg de quinotos!
Primer hervor
En plena preparación
Desayuno de domingo


Recetas:
Quinotos en Almíbar:
Lavar los quinotos y pincharlos varias veces en un costado. Yo uso un pinche de picada.
Hervir abundante agua y agregar los quinotos limpios. Esperar a que vuelva a romper el hervor y dejarlos por 5 minutos más, a fuego moderado.
Escurrir los quinotos con mucho cuidado y pesarlos. La preparación llevará el mismo peso tanto de agua como de azúcar. Esto nos dará una buena cantidad de almíbar que puede ser usado para postres o tortas, o bien para hacer licor.
Preparar el almíbar con el azúcar y el agua. Luego, agregar los quinotos, muy cuidadosamente.
Una vez que rompe el hervor nuevamente, bajar un poco el fuego y cocinarlos por media hora.
IMPORTANTE: no revolver para que no se golpeen entre sí, y así evitar que queden achicharrados.
Dejar descansar hasta el día siguiente y repetir el proceso de hervido y cocción.
Volver a realizar este paso al día siguiente también, mientras lavamos y esterilizamos los frascos.
Cuando están listos, enfrascar y tapar, así, quedarán al vacío.

Licor al uso nostro:
Mezclar el almíbar de los quinotos (con algún que otro quinotito) con vodka y listo. La cantidad de almíbar y vodka son a gusto. También se puede usar vodka saborizado. Yo lo preparé con sabor a vainilla y quedó muy rico.

Quinotos al whisky al uso nostro:
Separar la cantidad deseada de quinotos de la preparación en almíbar, escurrirlos y sumergirlos en whisky. Al cabo de unas semanas se van emborrachando y quedan fantásticos, especialmente con helado.

¡Buena semana y a disfrutar del sol!