viernes, 14 de octubre de 2016

Viernes: Cena Para Dos.

"¡Salud! Empecemos el fin de semana." Estas fueron las palabras que abrieron el brindis de Viernes por la noche. Dos extraordinarios copones de Syrah y un plato que no existió en ningún lugar jamás más que aquí, delante de mis ojos.

Viernes por la noche y me pongo a escribir un rato. Me gusta lo que voy creando y decido que va a ser publicado prontamente. Pero... en la cocina, alguien más está creando... Me levanto confiada y contenta a mostrarle a Pablo mi primer draft y me encuentro con que la cena está lista. Cuando vi lo que había preparado, atrás quedaron mis ganas de publicar aquel artículo "divino"...

Sencillez es una palabra que lo define perfectamente. Este es un plato sencillo. Aunque lo sencillo suene a "simplón", definitivamente no lo es. La cocina de nuestro hogar cuenta con ciertos alimentos que nos resultan infaltables y que, combinados con enorme gracia, se transforman en delicadezas de soberbia exquisitez.  

"Salteado Piamontés", lo bautizó. Sencillo. Soberbio.

Salteó cebolla, morrón, dientes de ajo enteros, hongos. Agregó tres huevos enteros, para que su yema quedara chorreante al tacto del utensilio. Una rodaja de queso provolone, bien derretido por encima. Luego, pimienta negra recién molida y pimentón ahumado. Así, de la sartén. Dos tenedores.

Cena para dos. Sencilla y soberbia a la vez.


"¡Salud! Empecemos el fin de semana" 🍴🍷🍴🍷.

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