miércoles, 25 de mayo de 2016

Escuela de Olivos, Te Recordaré...

Esas mañanitas frías de Mayo. Baldosas rojas y patio colmado. Guantecitos blancos para los escoltas. Escarapela celeste y blanca en las solapas firmes de los blazers azul marino. Caritas oscuras de corcho quemado para las mazamorreras. Delantales para las vendedoras de pastelitos y empanaditas calientes que queman los dientes. Peinetón y mantilla para las damas. Sombrero de copa para los caballeros. El aguatero, el farolero... y los hombres de Mayo, bajo la garúa porteña. Un gran papel afiche dibujado con esmero hace de cabildo. Las caritas de los papás orgullosos otean agolpados en un sector del patio, para captar la frase sencilla de sus pequeños. El canto solemne a la patria naciente , dirigido por la distinguida Señora Conce, desemboca en una salida temprana del Olivos, pisoteando hojas resecas de los esbeltos plátanos que engalanan la vieja ochava rosada... Y en las manitos de cada niño, un pastelito o una empanadita caliente que quema lo dientes... 


Hoy, 25 de Mayo, los recuerdos imborrables de la escuela más entrañable que pudo existir...

Y en casa, lo celebramos con un buen puchero: rabo, osobuco, chorizo, morcilla, panceta, espinazo, choclo, papa, batata, repollo colorado, cebolla, puerro, perejil, zapallo, zanahoria, repollitos de bruselas... con todo... 


Solo me queda decir: 
¡Viva la patria!
¡Feliz 25!



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