martes, 19 de abril de 2016

Mate y Torta Frita - Bien Criollo

""No se ha de llover el rancho en el que este libro esté" -podríamos decir parafraseando a José Hernandez-, porque los horcones y la cumbrera del rancho espiritual que nos cobije no pueden ser otros que las viejas voces de la tierra -siempre renovada- que nos dan testimonio de la singularidad de nuestro destino."
Así comienza el prólogo para un libro gaucho escrito por Fernando García Della Costa. El libro se llama "Antología de la Poesía Gaucha". Dos tomos. Tapas de madera y pictografías originales. Simplemente, una joya.


Sigue la lluvia en Buenos Aires y hay que seguir creativos. Entónces, viajamos hasta la Capital porteña y recorremos sus calles, paraguas en mano.
Entramos en una pequeña disquería que habita la calle Santa Fé desde siempre, esas que venden música que no se escucha en las radios. Lo que suena es una cantante francesa con una estilo siglo XX encantador. Nos la llevamos y sabemos que el viaje de vuelta a casa va a tener esa melodía Gálica. Al salir, la lluvia nos da un impasse y nos permite admirar la arquitectura porteña. Incorporamos la vista deliciosa de los Petit Hotel y edificios emblemáticos a nuestro paseo citadino. Entramos, luego, en una librería de esas con muchas mesas repletas de joyas nuevas y usadas. ¡Se nos van lo ojos! Por aquí y por allá, son incalculables los atractivos tomos exhibidos. Pero... siempre hay algo que brilla más en la inmensidad. Allí, en un estante perdido, vislumbramos los dos flamantes tomos de la "Antología de la Poesía Gaucha". En realidad datan de 1971, pero están intactos. Y si... ellos dos se vienen también con nosotros. Cerramos nuestro andar con unas pizzas al corte en una ochava típica.
Emprendemos el regreso, con algo de melancolía. La ciudad de Buenos Aires resulta, verdaderamente, una ciudad melancólica para quienes la hemos caminado o leído o sencillamente amamos su color local. Igualmente, los sentimientos son encontrados, ya que sentimos deseos de volver a la quietud campestre.  Buenos Aires es más bella en dosis pequeñas.

Y la llegada a los jardines de Fátima, empapados por la garúa incesante, reclama un cierre de día de lo más Gaucho. Mate, torta frita y algunas estrofas de nuestros tomos de la "Antología de la Poesía Gaucha". Amanecer porteño. Anochecer a puro placer criollo.




Se los recomiendo. Un poco de Argentinidad bien entendida hace bien al corazón.

Listos para freír
Se fríen en grasa bovina


 Hasta la próxima entrada.


5 comentarios: