El arcón de los disfraces se desempolva y las habitaciones de las niñas desbordan de fantasía. Yo, en mi cocina, despliego lo propio y la magia comienza a actuar.
La torta especiada es el sabor de mi Granny. Cada reunión familiar o visita a su departamento de Perú y Belgrano tenían ese sabor, y como su mundo era el mundo de la fantasía, hoy, Sábado de lluvia, se plasman como espejo en mi hogar.
Clavo de olor, canela, nuez moscada y jengibre |
Aquí, la receta (versión de queso blanco):
- Precalentar el horno a temperatura moderada. Enmantecar y enharinar un molde.
- Mezclar un pote de 300gs de queso blanco (el cual voy a usar como medida) con 1 pote de azúcar común. Luego agregar (alternando y siempre empezando y terminando con harina) 1 pote de harina leudante tamizada con 3 huevos batidos a tenedor. (Granny le solía agregar un pinch de polvo de hornear). Y ahora las especias: 1cdita de canela molida, 1/2 cdita (o menos) de clavo de olor molido, una pizca de jengibre molido y un poco de nuez moscada rallada en el momento. Mezclar bien y verter en el molde.
- Llevar al horno durante 25 minutos o más (dependiendo de cada horno).
- Cuando esté lista, espolvorear con azúcar impalpable.
La mesa lista para las pequeñitas
El color se lo dan las especias
Mi Bianquita le hace honor a la torta
No hay comentarios.:
Publicar un comentario